La Basílica de San Marcos se construyó originalmente para consagrar las reliquias de un santo, que habían sido traídas a Venecia por unos mercaderes en un barril lleno de carne de cerdo tras ser tomadas en secreto de Egipto. Durante una tormenta que amenazaba con volcar el barco, el fantasma del santo apareció para guiar a los marineros a arriar las velas, salvándoles del desastre inminente. Como testimonio de este acontecimiento milagroso, se realizó un fresco que representa la intervención sobrenatural, y que puedes ver en el interior de la basílica.
976 d.C. - 978 d.C.
En el año 976 d.C., una revuelta populista se dirigió contra el Dux, por lo que la furiosa turba prendió fuego al castrum. Las llamas envolvieron rápidamente la iglesia contigua, dañándola gravemente. En consecuencia, la asamblea trasladó la ceremonia de elección del Dux a San Pietro di Castello. A pesar de los daños, la estructura central de la basílica perduró. Con el paso del tiempo, los sucesivos Dogos supervisaron las reconstrucciones y ampliaciones tras los incendios, dando forma a su evolución arquitectónica.
1063 d.C. - 1094 d.C.
El siglo XI fue testigo de ambiciosas iniciativas de construcción que transformaron la Basílica de San Marcos en lo que conocemos hoy en día. Bajo el patrocinio de Domenico Contarini, importantes proyectos de construcción elevaron el paisaje arquitectónico y el gran atractivo de la basílica. Un momento crucial llegó en 1094 d.C., cuando Vitale Falier presidió la consagración de la basílica, cimentando su importancia espiritual como venerado centro de fe en Venecia.
800 - 1300 d.C.
La intensificación del comercio, los intercambios culturales y el dominio marítimo de Venecia catalizaron su influencia en el Mediterráneo oriental. La ciudad-estado se convirtió en un centro vital para el comercio y la interacción cultural con Bizancio. En el siglo XII, la participación de Venecia en la Cuarta Cruzada alteró significativamente su destino. La campaña aseguró vastas riquezas y tesoros artísticos de Bizancio, reforzando el dominio regional y la prosperidad cultural de Venecia.
Siglos XII - XV
En 1204, la cuarta cruzada llevó los tesoros saqueados de Constantinopla a San Marcos, aumentando su riqueza y estatura artísticas. A lo largo de los siglos XIII al XV, la Basílica de San Marcos mostró de forma prominente los estilos artísticos bizantino y oriental, que influyeron en su arquitectura, arte y esencia cultural. También dio forma al aspecto único de la basílica y a su posición cultural, simbolizando los duraderos lazos de Venecia con Oriente.
1807 d.C.
Durante el siglo XIX, marcados cambios políticos redefinieron el papel de la Basílica de San Marcos. En 1807, por orden de Napoleón, la basílica sufrió una importante transformación. Dejó de servir únicamente como símbolo de la importancia histórica y religiosa de la ciudad y fue reutilizada como sede del Patriarca de Venecia. La basílica pasó a desempeñar un papel más eclesiástico, poniendo fin a una asociación milenaria con los Dogos venecianos.
La Basílica de San Marcos hoy en díaLa Basílica de San Marcos tiene unos 1100 años de antigüedad. La fundación de la basílica se remonta al siglo IX, cuando se estableció para albergar las reliquias de San Marcos. Sin embargo, su estructura actual surgió en gran medida en torno al siglo XI.
La Basílica de San Marcos posee un inmenso valor histórico como símbolo del poder, la espiritualidad y el brillo artístico venecianos. No solo alberga las reliquias de San Marcos, sino que también simboliza la conexión de Venecia con el mundo bizantino y su ascenso como gran república marítima.
La construcción de la basílica no fue una empresa singular, sino que evolucionó a lo largo de los siglos. La estructura inicial se construyó en el siglo IX, y las renovaciones y mejoras posteriores abarcaron varias décadas.
A la Basílica de San Marcos se la llama la "iglesia de oro", lo que la hace muy famosa entre los viajeros para disfrutar del arte de los mosaicos y otros elementos desde la época antigua hasta el siglo XIX.
Domenico Contarini, trigésimo dux de Venecia, participó en la construcción de la Basílica de San Marcos. Mecenas notables como Giustiniano Particiaco también desempeñaron papeles cruciales en su desarrollo y expansión.
La arquitectura de la Basílica de San Marcos exhibe una fusión única de estilos bizantino y gótico. De diseño principalmente bizantino, presenta cúpulas, intrincados mosaicos y una lujosa decoración. El exterior muestra rasgos bizantinos, mientras que el interior revela una fusión de estilos, incorporando diseños de mosaicos, columnas de mármol y una detallada ornamentación que evolucionó a través de diversos periodos de construcción y renovación. Esta mezcla diversa de influencias arquitectónicas contribuye al aspecto distintivo y llamativo de la basílica.
La creación de la basílica estaba profundamente arraigada en los vínculos históricos y culturales de Venecia con Bizancio. Sirvió como testimonio del creciente poder de Venecia y de su establecimiento como república marítima importante.
La basílica sufrió varios incendios y reconstrucciones, especialmente el incendio de 976 d.C., que condujo a su reconstrucción y ampliación. Además, desempeñó un papel vital en las ceremonias venecianas y en los asuntos de estado.
Los emblemáticos caballos de la basílica, originarios de Constantinopla, fueron saqueados durante la Cuarta Cruzada y posteriormente colocados sobre la fachada. Además, sus preciosos mosaicos y tesoros guardan historias de comercio, conquistas y la veneración de la ciudad por San Marcos.
¡Por supuesto! Tu visita a la Basílica de San Marcos ofrece una profunda experiencia del patrimonio cultural e histórico de Venecia, con una notable belleza arquitectónica, tesoros artísticos y relatos centenarios de importancia espiritual.
Sí, hay tours guiados en la Basílica de San Marcos que explican en profundidad su historia, arquitectura y significado. Estos tours, dirigidos por guías expertos, ofrecen información sobre la construcción de la basílica, sus mosaicos, obras de arte y el contexto histórico de su creación.